Proyecto Tahití: Una utopía necesaria y perfectamente realizable

Por José Miguel Rodríguez Ortiz/ Cubarte

Desde ayer y hasta el próximo jueves tiene lugar en la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) el coloquio Haciendo el futuro con fuerza local, un encuentro de intercambio que se inserta en el programa de la XXII Feria Internacional del Libro Cuba 2013, y que abordó en su primera sesión, entre otros temas, el desarrollo local sostenible, la seguridad alimentaria, el abastecimiento energético y la participación ciudadana.

La inauguración de este coloquio, que contó con la presencia del destacado investigador Pedro Pablo Rodríguez, inició con la presentación del libro El Proyecto Tahití, una novela del escritor alemán Dirk C. Fleck que obtuvo el Premio de Ciencia Ficción 2009 en su país, por brindar a través de una historia fantástica, un conjunto de soluciones perfectamente viables para construir un mundo mejor.
Fleck nos cuenta en sus páginas la historia de un periodista que viaja a la isla Tahití, para reportar el descubrimiento de un proyecto propulsor de alternativas ecológicas que devuelven a sus habitantes la armonía con la naturaleza. En ese camino su protagonista deberá luchar contra el poder de transnacionales y estructuras políticas y económicas bien establecidas que solo buscan el capital.
En ese entorno es que el autor nos presenta un conjunto de conceptos, conocimientos, técnicas y aportes científicos, que son la clave del Tahití de la obra. Lo que quizás ignora el lector es que todas estas creaciones y maquinarias ya están inventadas hoy. Se trata de los mayores avances tecnológicos logrados por la humanidad, que sin embargo, no se generalizan porque no constituyen un buen negocio para el mercado. En este sentido la manera en que el autor integra dichos saberes es la que proporciona el valor fundamental a su obra.
Así piensa el Doctor Pedro Pablo Rodríguez, prologuista del libro y quien compartió su opinión sobre el mismo con los asistentes al coloquio. Para el investigador “la novela nos hace comprender el planteo de que un mundo mejor es posible, y de que ello es una utopía necesaria y perfectamente realizable, siempre y cuando haya proyectos y voluntad para emprender esa aventura de la imaginación y la praxis social”.
El libro también había sido elogiado meses antes por Jean Ziegler, enviado especial de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien la calificó como una novela de ciencia ficción “sumamente realista, perspicaz y excelentemente escrita”, un libro en el que se respira “esperanza, solidaridad internacional y resistencia”.
En la sesión intervino también Madeleine Porr, de la ONG alemana En buenas manos y traductora de esta edición cubana del texto. Madeleine remarcó que Tahití intenta mover a la acción, al cambio, a no quedarnos pasivos ante la urgente necesidad de promover alternativas sostenibles para nuestra Tierra. Esta dinámica mujer que se declara alemana y cubana, es artífice a su vez del proyecto El Pan Alegre, una iniciativa que promueve el conocimiento, interés y desarrollo por el Amaranto, una “pequeña semilla alegre” como la denomina, cuyas bondades son desconocidas aún por muchos, pero que está en la lista de alimentos de la ONU para mitigar el hambre en el mundo, por su facilidad de cultivo y su diversidad de beneficios y propiedades.
Sobre la temática se desarrolló también el panel Seguridad alimentaria: pequeña semilla con fuerza titánica, el Amaranto, en el que intervinieron especialistas sobre el tema de Alemania, Cuba y México.
Hasta el jueves seguirá sesionando el coloquio que abordará una variedad de temas esenciales para el desarrollo del hombre como especie y su relación con la naturaleza y la sociedad.
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